Llámame señora

Me dicen señora porque hoy cumplo 40.
Y Si, suena un montón. Es un montón.
Un montón de años, un montón de meses y ni que decir del montón de días... creo que ya no puedo sacar la cuenta. Es demasiado.
Suena demasiado. Pero, no se siente así.
Cumplir 40 se siente a vida, a experiencia, a sueños cumplidos, a metas trazadas, a felicidad alcanzada, a problemas resueltos, a tristezas superadas, a despedidas, a bienvenidas y a muchas velas sopladas.
A esta edad ya hice muchas cosas.
Fui a la universidad.
Estudié la carrera que quise y la hice en el tiempo que pude.
Hice prácticas, trabajé.
Hice amigos. Algunos se fueron y otros siguen por aquí.
Bailé muchas veces... y ¡cuantas canciones!!!
Tomé de más muchas otras...y de algunas mejor diré que no me acuerdo.
Me enamoré algunas veces y me desenamoré también.
Desilusioné y me desilusioné.
Lloré muchas veces. Aún sigo llorando pero bastante menos.
Hice dietas y las sigo haciendo.
Encontré al Amor de mi vida y me casé cuando sentía que era el momento perfecto para hacerlo.
Hicimos planes profesionales y personales.
Tuve hijos y llegaron a mi vida cuando me sentí preparada para tenerlos.
Me salieron muchas canas, las cuales oculto cada 3 meses porque no me gustan.
Me sobra energía  para trabajar, organizar mi casa, criar a mis hijos y tener esposo.
 Porque ahora así somos las mujeres de 40.
Mujeres capaces de hacer todo, de ser fuertes y de comernos al mundo.
Pero No, no te confundas. No todo lo que me pasa está preparado ni calculado. Sigo cometiendo errores pero aprendo de ellos y seguiré aprendiendo para ser mejor persona y seguir siendo feliz.
Hay mucha historia en estos 40 largos años.
Así que, si, llámame señora. Que yo seré feliz de seguir siéndolo.
Y que vengan otros 40.
Estoy preparada.